Abre tu mano y siente cuanta fuerza realmente tienes. Hemos aprendido que la mano cerrada es la más fuerte.
Sin embargo, al abrir la mano e invitar a otras personas a que entren en su vida, al dar a otros algo de ti mismo, entonces te estás volviendo diez veces más fuerte.
Porque cada persona a quien dones, un día estará disponible para ayudarte.
Porque cada vez que des, sentirás una alegría sin límites en tu corazón y verás una sonrisa naturalmente abrirse en tu cara.
Así que, disfruta el dar; abre las manos de tu corazón.

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