Samuel F. B. Morse no inventó realmente el telégrafo. Logró obtener toda la información del físico norteamericano Joseph Henry, y más tarde negó que éste le hubiese ayudado. (Henry probó fácilmente lo contrario en un tribunal.) Morse fue un buen promotor y exprimió al Congreso 30,000 dólares para construir la primera línea telegráfica de Washington a Baltimore. En cambio, sí inventó el alfabeto Morse.

James Watt no inventó la locomotora de vapor; lo hizo Thomas Newcomen en 1712. En 1778, sólo en las minas de Cornualles estaban bombeando más de setenta máquinas Newcomen. Cuando se pidió a Watt que reparase una locomotora Newcomen, inventó una máquina modificada que era mucho más eficiente y que podía ser utilizada para hacer girar ruedas. Esta locomotora de vapor modificada fue tan útil, que la máquina anterior de Newcomen pronto quedó olvidada.

La famosa pintura de Emanuel Leutze titulada Washington cruzando el Delaware es falsa en casi todos los detalles históricos. Entre las falsedades están la bandera norteamericana, que no fue adoptada hasta después del suceso, y el tamaño de la embarcación, que era realmente mucho mayor.

Un absurdo invento de la historia es que, cuando Colón dijo que el mundo era redondo, todos los demás pensaban que era plano. Durante las discusiones en la corte de la reina Isabel nunca fue debatida la forma verdadera de la Tierra. Su tamaño sí lo fue. Los opositores de Colón decían que estaba subestimando sus dimensiones y que jamás podría navegar directamente por el Occidente de Europa y llegar al Oriente. Tenían razón. Excepto por el accidente de un continente desconocido intermedio. Colón habría regresado o se hubiera perdido en el Mar. 11, 03

Chester Carlson, el inventor, en 1937, de la xerografía, el proceso de copiar en seco, pudo haber sido también el inventor de otro medio importante de comunicación, si no hubiese claudicado. Carlson tuvo una idea para lo que luego se convirtió en el bolígrafo, pero abandonó el trabajo sobre el concepto mucho antes de que fuese comercializado… pensó que ese invento no funcionaría.

Robert Fulton no inventó el barco de vapor. Diecisiete años antes de que el primer barco de Fulton navegara por el río Hudson, John Fitch mantenía un sistema regular de vapores en el río Delaware, entre Filadelfia y Trenton. Dificultades financieras hicieron que los negocios de Fitch fracasaran, pero fue él quien inventó el vapor.

El descubrimiento cartográfico más excitante de este siglo resultó ser una falsificación… el famoso Mapa de Vinlandia, prueba de que los vikingos habían explorado el Nuevo Mundo. Un comprador anónimo pagó un millón de dólares por tres objetos antiguos, incluyendo el mapa, del que se pensaba entonces que era auténtico, y lo donó a la universidad de Yale. Antes de que se descubriera que el Mapa de Vinlandia era una falsificación, 10,000 personas habían pagado a Yale 15 dólares por cada copia. Se suponía que el mapa había sido dibujado en los decenios de 1430 ó 1440 por un monje de Suiza. Ensayos químicos mostraron que la tinta empleada para dibujar no pudo haber sido hecha antes del decenio de 1920. Los otros dos artículos, una narración del siglo XIII de un viaje por Asia Central y un fragmento de una enciclopedia médica del mismo período, eran auténticas antigüedades.

Sir Edmund Hillary y Tenzing Norkay recibieron merecidamente muchos elogios cuando fueron los primeros en trepar a la cumbre del Monte Everest. Es menos conocido el hecho de que contaron con un personal de doce escaladores, 40 guías sherpas y 700 porteadores.

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