El Roscón de Reyes es el dulce típico del desayuno o la comida del día seis de enero, festividad de los Reyes Magos. Tiene forma de anillo y se confecciona con masa fina, rellena de nata o mazapán, que se adorna con trocitos de frutas confitadas o escarchadas de colores variados.


Los orígenes.-


Esta tradición tiene sus orígenes en el Imperio Romano.
En las fiestas dedicadas al dios Saturno («las saturnales»), en diciembre, existía la costumbre de esconder un haba en algún lugar de la casa y el esclavo que la encontraba era premiado con la libertad durante todos los días que duraban las fiestas.


En la festividad del dios Jano («dios de las puertas») que se celebraba a principios de año se repartía entre los pobres unas tortas dulces de forma circular que contenían un haba en su interior. Este haba representaba la prosperidad y el que la encontraba era aclamado como «rey por un día».


La tradición cristiana.-


En el siglo III la Iglesia institucionalizó la festividad de los Reyes Magos y la tradición de repartir entre los pobres dulces que contenían un haba se extendió rápidamente por toda Europa. En Francia el niño que encontraba el haba en el Roscón recibía muchos regalos y era objeto de grandes atenciones. Posteriormente el haba se sustituyó por un objeto de lujo que se escondía en el pastel que se denominaba «le gateau du roi».
A España la tradición del Roscón de Reyes llegó con los Borbones.


Los símbolos.-


En torno al Roscón de Reyes la simbología tiene un papel relevante.
Las frutas escarchadas, rojas y verdes, simbolizan los rubíes y esmeraldas que se supone adornaban los mantos de los tres Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar.
Las «sorpresas» adoptan formas diversas, generalmente son objetos o figurillas («muñequito de la suerte»), atractivas para los niños. Anteriormente la única sorpresa que contenía el roscón era un haba que daba buena suerte al que la encontraba, porque el haba simbolizaba al niño Jesús o, según otras versiones, la huída de la persecución del rey Herodes.


Actualmente el que encuentra la «sorpresa» es coronado como «rey de la casa» y al que le toca el haba es castigado a pagar el Roscón.


He aquí el Roscón de Reyes
 

 

Ingredientes:


500 gr. de harina.
50 gr. de mantequilla.
15 gr. de levadura de panadería.
4 cucharadas de azúcar.
Agua.
¼ l. de leche.
Fruta seca confitada.
Figuritas horneables


Preparación:


Diluir la levadura en ½ vaso de agua tibia. Añadir 125 gr. de harina, trabajar hasta conseguir una masa suave. Formar una bola y dejar reposar tapada con un trapo unos 30 minutos.
Poner el resto de la harina en un cuenco y añadir la leche tibia con el azúcar y la mantequilla ablandada. Trabajarla hasta conseguir una pasta homogénea.
Mezclar con la primera masa, trabajarla unos 10 minutos y dejar reposar 2 horas, en un cuenco, tapado con un trapo.
Engrasar con mantequilla una bandeja de horno, poner la masa sobre ella y darle forma de corona o roscón.
Meter las figuritas o haba
Dejarlo reposar hasta que aumente de volumen.
Colocar los trozos de fruta hundidos un poco en la masa.
Cocer a horno fuerte unos 40 minutos.
Espolvorear con azúcar por encima.
Dejar enfriar.
Ya tenemos nuestro roscón de reyes casero, una vez frío puedes rellenarlo con lo que desees sin olvidar la sorpresa.

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